jueves, 23 de marzo de 2017

DOLOR

Dolor, para mi fue dolor, una lágrima caída sobre mi pecho,
 mi espalda, mi corazón.
Una lágrima caída en un cuerpo desierto, mi cuerpo.
Una gota brillante de sangre rebotando contra mi cuerpo
 mientras los cuchillos se clavan contra mi espalda
 dibujando un corazón vacío, roto, abandonado, solo.
 Una buena poesía en mi soledad,
 el vacío del alma me come por dentro.
A veces, se desvanece y no se deja ver
 y a veces es tan fuerte que ni en llantos puedo romper. 
Es el deseo de algo más de la vida,
 una vida sin traumas ni preocupaciones, donde sobre el dinero y no falte de nada. 
Sin drogas ni alcohol, ni tu simple mirada que me mata por dentro
 al reunir tus palabras pidiendo perdón.
Solo una lágrima derramada inunda el mar de tu sonrisa,
 la niebla fría y blanca que se aproxima,
 solo una luz al final del túnel, solo una luz...
Las lágrimas, al igual que tu mirada, evaden tu cuerpo desnudo, 
el vacío abundante de tus ojos, de tu mirada indigesta, 
 me parte en dos.
Mi corazón muere, muere de amor por ti, muere por tus besos, tu mirada, tus caricias.
 Esa voz cegadora del alma que se rompió al escucharte pronunciar este verso. 
Para mi es el duro septiembre que se aproxima, 
las duras tormentas, las noches en vela sin sueños ni canciones
 que poder recordar en la dura y cálida mañana.
El amor, algo sobrevalorado que solo los astutos pueden llegar a conseguir,
 simplemente una palabra en forma de sentimiento que corre por todo tu cuerpo. 
Un simple trauma que no se puede borrar, 
un deseo idiota de equivocarte una y otra vez sin preguntarse ¿por qué?
Una lenta y triste agonía que sale de tu profundo ser interior, 
ese pesar que te carcome por dentro al ver a esa persona
 que quiere destruirse lentamente sin poder hacer nada.
Desgracia, una simple palabra, desgracia.